martes, 13 de abril de 2010

Ester López: "Cántame, me dijiste cántameeeeee"

Música y publicidad siempre han tenido una gran relación. Por un lado la música ayuda a que recordemos mejor un anuncio y, por otro, la publicidad tiene un gran poder para convertir una canción en un éxito (sino que se lo pregunten a Coque Malla resucitado de entre los muertos por el anuncio de IKEA)

Sin embargo, últimamente estamos viviendo un fenómeno que, si bien no es nuevo, (era muy típico en la publicidad de los años 80, por ejemplo) sí que está alcanzando su máximo nivel vomitivo. Hablo de esa publicidad que hace que cada vez que no encuentro el mando para cambiar el canal me plantee arrancarme los tímpanos para dejar de sufrir: la publicidad cantada.

Puede que anuncios como el de las tapitas de la ONCE o el del tío raro de Gas Natural consiguieran arrancarnos una sonrisa a mí y a casi todos los que conozco y que incluso hayan logrado ser parodiados hasta la saciedad y que todos usemos frases de sus canciones en nuestro vocabulario cotidiano (efecto viral al canto).

Sin embargo, eso no es una razón para que, de repente, todos los creativos piensen “mira, si esto de cantar en plan coña funciona muy bien” y se dedique en exclusiva a crear spots musicales. Si te cuentan un chiste de Lepe te ríes. Si te cuentan 20 seguidos encima que te han interrumpido la película te cagas en toda su estirpe.

Si al hecho de que la saturación satura, como su propio nombre indica, añadimos la falta parcial o total de gracia o algo que se le parezca de anuncios como el de Banco Santander (que creo que intenta emular esta fantástica escena de La boda de mi mejor amigo) o las doscientas versiones (a cual peor) de Direct Seguros el resultado es mucha gente harta de tanta cancioncita.


Señores creativos, hagan honor a su nombre y exploren nuevas vías que ésta está ya muy concurrida y empieza a rebasar la línea que separa el aburrimiento del asco.

3 comentarios:

Leti dijo...

Estoy contigo. Yo también estoy hasta el moño de tanta cancioncita, pero creo que esto no es culpa de los creativos, sino más bien de los clientes, que ven que una anuncio funciona para un producto y creen que lo mejor es no arriesgarse y probar con la misma fórmula por más trillada que esté. Son ellos los que pagan y quieren un tipo muy determinado de anuncio, así que en realidad, no están dejando crear a los pobres creativos... ¿no te dan pena?

Istar dijo...

a mi cada día me da pena menos gente, para que mentir :P
Si que es verdad lo del cliente y habrá más de un caso, pero yo creo que el cliente puede obligarte a hacer un anuncio musical, luego tú puedes hacer un chungo o uno divertido,no? bueno, habrá quien no pueda ni eso con la cantidad de cliente rancio que hay por ahí suelto...pero también he conocido yo a más de un creativo que un día le fue bien con un tipo de anuncio y ahí se quedó que se estaba muy cómodo.

Pedro Muñoz Valencia dijo...

Decía Alex de la Iglesia en el discurso de los Goya, que los actores se miraban el ombligo, y que tenían póster de ombligos gigantes en su habitación, los publicitarios seríamos así, pero ya sabéis, Dios no tiene ombligo.
Creo que para los creativos se ha vuelto tan fácil acomodarse en fórmulas manidas como echarle la culpa al cliente de su falta de recursos creativos, y hoy por hoy se piensa más en ganar en los Festivales, que en vender. Ojo, que los anunciantes tampoco se libran, que con muchos lo que tienes son lentejas. Y si dice negro, es negro. Pero bueno siempre, que eso es muy latino, intentaremos buscar responsables ajenos.

Gracias a los dos por comentar