lunes, 12 de abril de 2010

Jesús Orbea "Operación Bikini"


La primavera, además de las alergias, nos trae cada año la obsesión por recuperar el cuerpo y prepararlo para lo que se conoce como Operación bikini. Tras el invierno, que disimula con sus ropas las imperfecciones, llega el momento de disminuir la cantidad de tela y entonces nos invade una ola de arrepentimiento y desesperación. “¿Adónde voy yo con estas piernas tan blancas?”, “¡Si aún se me notan en la barriga todas las torrijas de la semana santa y el turrón navideño!”,  “¡Estoy más blanco que Casper!”.

Es el momento: gimnasios llenos, farmacias repletas de productos adelgazantes, anticelulíticos, bronceadores artificiales, cremas reafirmantes, dietas milagro y aparatos de teletienda que nos prometen recuperar la figura viendo la tele y zampándonos un sandwich.

Con el “Ya es primavera en El Corte Inglés”, se disparan las alarmas y los medios de comunicación nos aburren con tópicos como “la figura perfecta”, “el cuerpo 10” y demás barbaridades de este tipo. ¿Cómo puede recuperar un cuerpo 10 alguien que jamás lo tuvo? Y, lo que es más difícil, ¿qué es un cuerpo 10?  La culpa no es sólo de las torrijas sino también de la genética y de la moda. La genética es cruel e implacable, por más que nos obstinemos en cambiar sus consecuencias sobre nuestro aspecto. 

Los espacios publicitarios y los puntos de venta como las farmacias, se llenan de mujeres y hombres jóvenes,  con cuerpos perfectos, que nos inducen a comprar alguno de los productos anunciados con la esperanza de parecernos a ellos. Una creatividad plana (además de poco ética) que se convierte en una especie de decorado estacional como los Papá Noel, los renos y los árboles navideños.

Hay alguna excepción como la de T-38/40 Lipoplan. Sin entrar en la bondad del producto, que supongo tan superfluo como el resto, su creatividad me produce, al menos,  un cierto regocijo porque huye del esquema que antes he mencionado. Bajo el lema común “Cuando estás orgullosa de tu cuerpo se nota”, han elaborado tres piezas donde una chica agradable (pero lejos del 90-60-90) aprovecha la más mínima excusa para mostrar su cuerpo. De las tres, la siguiente es mi preferida:



Es de las pocas campañas que he recordado de manera espontánea cuando Pedro Muñoz me pidió que escribiese algo durante el mes de abril para su blog (gracias Pedro) y me planteé escribir sobre la Operación bikini. Si, como afirma José María Ricarte, la misión de la creatividad es hacer sorprendente lo que es evidente, esta campaña cumple con su objetivo.

1 comentario:

Pedro Muñoz Valencia dijo...

Gracias por el artículo Jesús, gracias por seguirme desde el principio, y gracias por salir del anonimato en el aniversario del blog.

Un saludo.