martes, 25 de enero de 2011

Los anuncios de tu vida

No hace más de dos jueves, que La 1 de TVE estrenaba, con más pena que gloria, (todo hay que decirlo) “Los anuncios de tu vida”, una suerte de documental en el que se hacía un repaso de la historia publicitaria en nuestro país. Un guiño la nostalgia más pura que desde hace años TVE busca en La 1 en la noche de los jueves, en la que también emiten “Cuéntame como pasó…”

Yo tengo que reconocer que no lo vi,  aunque me habría encantado y espero poder hacerlo en breve a través de la web ; eso sí, creo que mi nostalgia habría sido bien distinta, mi nostalgia habría venido al ver un programa sobre publicidad sin publicidad, una contradicción pura; algo así como decía Dani de la Cámara en su monologo, “ahora han inventado la nata desnatada… pero si eso es empate”.

Aún sin ver el programa tengo que decir que el título no me parece adecuado del todo porque, obviamente, los anuncios de mi vida, nunca pueden ser los anuncios de la vida de nadie, porque que un anuncio te marque depende de tu momento.

Por eso quería utilizar este post para hablar de “los anuncios de tu vida” aquellos que realmente recuerdas porque te han marcado, porque han significado algo para ti.

Ojo, a mí me ha costado, he encontrado en mi memoria algunos spots míticos, como aquel de Tulipán en el que llegaba un helicóptero a una especie de colegio, o los jingles de TostaRica o Nocilla, que han pasado a la historia; sin embargo, creo que ninguno de ellos me marcó de manera especial.

Puede que a vosotros os ocurra lo mismo que a mí, pero si no, si algún spot te atrapó en su momento… por tu momento, este es el espacio ideal para compartirlo, a ver si entre todos revitalizamos el blog.



sábado, 8 de enero de 2011

Un año sin ti




Decía mi amigo Damián que si Pepiño (Blanco) escribiera un libro sobre "Técnicas de propaganda" él lo compraría, yo creo que si Pepiño escribiera un libro sobre propaganda, lo deberíamos comprar todos, porque nadie maneja los medios como él.

En realidad ya han pasado más de un año (un año y siete días concretamente) desde que el gobierno eliminó la publicidad de TVE y la maniobra a salido a la perfección, nadie habla ya de ello.

Durante gran parte de este año sin publicidad yo he vivido en UK, dónde la televisión pública la pagábamos los consumidores a razón de 145 libras por año, en España no sé si llegaremos a esa cantidad, pero acabaremos pagando, los 66 millones de deuda del ente público no se van a pagar así como así, cuando eso ocurra, cuando haya que pagar, ni Zapatero ni Pepiño estarán para verlo, y se habrán ido con su medalla puesta, pero esa es otra historia, que hoy toca hablar de propaganda.

La televisión pública, siempre ha sido para todo el mundo, la televisión encargada de favorecer al gobierno de turno, que además siempre encuentra el apoyo en alguna de las privadas de corriente ideológica parecida, pero el gobierno de ZP ha ido aún más allá y con dos sencillos movimientos sin oposición alguna, consigue de un plumazo poner a todas las cadenas de acuerdo a favor del gobierno, ya no hay oposición en los medios.

La primera es la supresión de publicidad en TVE, a petición de UTECA (Unión de Televisiones Comerciales Asociadas), que consiguen así atraer la inversión publicitaria que ya no puede ir a parar a TVE, y que como además están saturadas pues incrementan los precios como si esto fuera la lonja, ganando más dinero que los controladores (pero de esto no se queja el gobierno).  Además de ser una medida populista, aún no he oído quejarse a nadie de que hayan eliminado la publicidad, ya veremos cuando haya que pagar, o cuando baje la calidad de TVE, que todo se andará.

La segunda, en la misma línea de reírle las gracias gracias a UTECA, ha sido la de permitir fusiones entre cadenas y permitir el oligopolio, haciendo que, si quieres anunciarte en televisión tengas que pasar por el aro, y así estos señores seguirán ganando más dinero que los controladores, pero de esto no se queja el gobierno. 

No sé cual será la próxima lección práctica que dé el sabio Blanco, lo que tengo claro es que el día que plasme sus ideas por escrito, yo correré a la librería.