domingo, 26 de febrero de 2012

Políticas del miedo (I): Colombia, qué poco te ha faltado!!

Voy a reconocer que siento especial atracción por las campañas dirigidas al turismo internacional de los diferentes países, es más siento atracción no por las campañas en sí, sino por los países como producto, qué hace un país diferente de otro, y cómo venderlo, cómo hacer que vayamos a un país en lugar de a otro, cuando muchos de ellos son prácticamente iguales. 

En esas estabamos, cuando me encontré por el metro, la primera campaña -de la que yo tengo conciencia- de Colombia para fomentar el turismo en su país, y me llamó mucho la atención, de primeras pensé que era buena, pero cinco minutos después la sensación que se me quedó fue: Qué pena, que ocasión habéis desaprovechado.


Creo que la foto seleccionada no pertenece a la campaña española, pero el claim de campaña es el mismo para todas; la cuestión es que estratégicamente me parece una muy buena campaña pero creativamente se me queda algo pobre; está claro que han detectado a la perfección el insight del consumidor, ese que habla de la inseguridad  de Colombia como destino turístico; pero a partir de ahí no han hecho nada más, habrán pensado que la idea era tan brillante que no hacía falta ponerle añadiduras. Para mí si hacía falta buscar otra manera de decirlo, sobre todo porque, al menos a mí, la campaña me deja con la misma sensación que antes de verla: Colombia no es uno de mis destinos prioritarios. 

Después de investigar un poco, lo que descubres es que la campaña se basa en el testimonio de 9 personas que fueron a Colombia por turismo acabaron quedándose a vivir; parece que así la campaña toma más sentido, aunque yo sigo sin comprarla. Sigo sin comprarla porque esos testimonios no se transmiten a través de una valla en los pasillos del metro; y porque, en cualquier caso, asumir que "el único riesgo es que te quieras quedar" es un riesgo muy grande.

@pmunozvalencia

sábado, 4 de febrero de 2012

La crisis del Arco Iris




Hace algunos días conocíamos los resultados del último Zenith Vigia, el estudio de previsiones de inversión que coordina Eduardo Madinaveitia, los resultados son desoladores, los panelistas, además de prever caídas en prácticamente todos los medios, retrasaban dos meses más, hasta mayo de 2013, el final de la crisis. Lo curioso de todo esto es que el Vigia es un estudio bimensual, de esta forma, cada vez que a los panelistas se les pregunta por el final de la crisis ellos lo retrasan 2 meses más de sus previsiones, justo el tiempo que ha pasado entre una ola y otra. 

Dice una leyenda que si pasas por debajo del Arco Iris, automáticamente cambias de sexo, dice otra, que al final del Arco Iris hay un caldero lleno de monedas de oro, la cuestión es que a medida que avanzamos hacia él, el Arco Iris se aleja, como el final de la crisis. 

A veces me da por pensar que igual que nos acostumbramos a no afanarnos por pasar por debajo del arco iris, o en buscar el caldero de oro, tampoco deberíamos afanarnos en esperar el final de la crisis, porque no va a ser la panacea. Quizás deberíamos empezar a pensar que las épocas de continuo crecimiento han pasado y que la famosa salida en L de la crisis ya está aquí, y que por tanto, deberíamos empezar a plantearnos esta como la situación normal y no como la transitoria, ya que cada dos meses, el final de la crisis se aleja 2 meses. 

Muchos pensarán que hablar así desde mi posición es muy fácil, porque tengo un trabajo, y porque nunca he sido un parado de larga duración; es cierto. Pero quizá una de las mayores crisis, una que es personal y profunda, consista en estar preparado para la reconversión, está claro que con un mercado publicitario que se ha contraído más de un 25% en los últimos años, 1 de cada 4 publicitarios tendrá que abandonar la profesión en algún momento dado; yo espero no ser ese uno, pero en caso de serlo buscaría cualquier otra profesión que me apasionara, porque esta crisis financiera, estructural y de confianza, nunca debería convertirse en una crisis de ilusión. 

Tal vez nunca lleguemos al final del Arco Iris, pero eso no impedirá que sea menos bonito, y sobre todo,  no nos quitará la ilusión de conseguirlo. 


@pmunozvalencia