martes, 26 de febrero de 2013

La ciudad inmortal


A veces tengo la sensación de que en España ponemos un circo y nos crecen los enanos, no ya sólo porque parezcamos más una república bananera más cercana al tercer mundo que a la Europa civilizada -sin ánimo de entrar en política-, sino porque a lo largo de nuestra historia cualquier motor económico que se impuso para sostener al país ha resultado siendo un fiasco, no hablo de la burbuja inmobiliaria, ya que no vendría a descubrir nada. Hablo, principalmente, de un modelo de turismo que tiene las horas contadas y que más pronto que tarde nos acabaremos comiendo con papas. 

Esta España nuestra, no ha sabido venderse como marca, o al menos como marca turística, y es que durante años hemos vendido una imagen de sol y playa, que podía funcionar muy bien en los ochenta y noventa, pero que acabará por autodestruirse; Acabaremos atrayendo a un turismo chabacano en busca de fiesta y alcohol barato, o puede que ni eso, y que los países emergentes como Tunez o Croacia (y que no salen perjudicadas por el euro) acaben llevándose al publico que en los ochenta recogía España. 

Sol y playa, no nos engañemos, eso es la marca de distribución del turismo, eso lo tienen una infinidad de países privilegiados, y lo peor, a casi todos los precios y apto para todos los bolsillos. No podemos vender algo que no nos diferencie, o cambiamos esto o el turismo se va a pique. 

Afortunadamente, aún nos quedan en España ciertas ciudades que serán inmortales para el turismo nacional y extranjero, especialmente para el extranjero que es el que nos interesa. Hablo de Madrid y Barcelona, pero hablo también de Santiago, de Toledo o de Granada, ciudades inmortales y que deberíamos centrarnos en promocionar, ciudades que dentro de 20 años, cuando el turismo de sol y playa haya desaparecido de nuestro país, aún sigan siendo el objetivo de las cámaras de los turistas. 

Uno se sorprende de ver como a Fitur van delegaciones de turismo de pueblos de España que ni siquiera sabe que existen, de cómo las diputaciones se dejan millones de euros en promocionar regiones que poco tienen que ofrecer y que con suerte, atraerán a un puñado de turistas españoles (que ni siquiera compensarán los gastos de las campañas).

Por una vez, sólo por una, deberíamos trabajar conjuntamente y centrarnos en vender sólo lo que es vendible, lo que es rentable, y en generar una marca de turismo fuerte, centrarnos en crear Ciudades Inmortales. 

@pmunozvalencia




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