lunes, 23 de enero de 2012

El coche azul

No sé si recordarán aquel episodio de Los Simpson en el que Homer dice "Yo no soy un hombre que se sorprenda fácilmente, Mira, un coche azul!!!!

Creo que podría ilustrar, pero a la inversa, nuestro artículo de hoy, en el que toca hablar de la idiosincrasia de nuestro país. Nuestra querida España. Y sí, sé que me estoy metiendo en terrenos pantanosos

Nosotros, al contrario que Homer, sí somos un país que se sorprende fácil, se sorprende e incluso se indigna, y a partir de ahí nada, repetimos ciclo. Volver a sorprenderse, a indignarse y a no hacer nada. Ojo, yo el primero, que no trato de acusar a nadie, tan solo de exponer un sentimiento. 

Nos sorprendemos de que el señor Camps, que está imputado por el caso de los trajes no solo se presentara a la reeleción de la presidencia de la Comunidad Valenciana, sino que además las ganase. O de que el señor Rajoy nos suba los impuestos sólo un mes más tarde de que prometiera no subirlos; (bueno, de esto sólo se sorprenden unos pocos, los otros lo justifican). O nos sorprendemos de que el señor Hernández-Moltó (Consejero Delegado de Caja Castilla la Mancha) dejase la entidad al borde de la quiebra, gracias entre otras cosas a la construcción del aeropuerto de Ciudad Real, y nadie le exija responsabilidades. O el más reciente caso de Iñaki Urdangarín, y un sinfín de etcéteras. 

En nuestro pequeño mundo publicitario las cosas no son muy distintas; haces cosa de casi 4 años, WPP uno de los 4 grandes grupos publicitarios a nivel mundial compró Sofrés, el actor "independiente" encargado de medir las audiencias; el mercado se sorprendió, y en este caso algunos si trataron de frenar la operación, pero tiempo después la compra se produjo y el mercado olvidó sin consecuencias. 

No mucho después, en enero de 2009, Antena 3 anunciaba una de las grandes aberraciones publicitarias, la Pauta Única, puesto que daba al traste con cualquier intento de conseguir afinidad por parte los planificadores. Nuevamente, el mercado se sorprendió, y puede que hasta se indignara, pero tiempo después ha pasado lo que siempre pasa en este país. Nada. O peor aún, que ha sentado precedente y Telecinco copió el modelo el pasado agosto, para hacerlo extensible en febrero a sus nuevos canales; Divinity (que llegó en Febrero de 2011) y Energy (estrenado este mismo enero). Ambas emitiendo a la vez la misma publicidad que Cuatro. 

Yo ya ni me sorprendo ni me indigno. Porque sé de sobra que, como todos, voy a acabar haciendo nada. Y sin indignación ni sorpresa expongo aquí que hemos llegado al esperpento televisivo, a la antiafinidad, a no cuidar en absoluto el producto más preciado que tienen las cadenas: su publicidad y su audiencia. Me explico: Divinity es una cadena eminentemente femenina, cuya programación incluye series como Sexo en Nueva York o Mujeres Desesperadas, mientras que Energy, pensado para los chicos cuenta en su programación con Top Gear o Desafío Extremo.  Podrían ser buenos productos, buenos canales, capaces de tener a audiencias cautivas y de ofrecer buenas conversiones para los anunciantes; Imaginen los bloques publicitarios de Energy con anunciantes como Gillette, Braun, Adidas, Nike, Bosh, Mercedes, etc; Mientras que Divinity estaría más encaminado de Olay, Vichy, L'oreal, Carolina Herrera, y demás. Tenía toda la lógica. Pero no, gracias a la pauta única ideada por Telecinco, los cortes publicitarios de Energy contarán con anuncios de Ausonia, de Evax, de Vaginesil, o de Roch promesas cumplidas; y viceversa. 

Mientras tanto, los señores de Telecinco, y los de Antena 3 en su día, estarán sentados en su sillón pensando en su bonus, porque cuando los anunciantes se cansen de tirar parte de su dinero, ellos ya no estarán. Y nosotros, planificadores de a pie, estaremos en el nuestro pensando en poner una floristería, para cuando explote la burbuja del Grp, tener algo que hacer con nuestras vidas.  

No hay comentarios: