no“¿ALGUIEN DIJO… TELEVISIÓN?”
Lejos de lo que pueda parecer, no veo la televisión.
Y no es que no mire esa caja en todo el día, es que hoy por hoy no se hace televisión; podemos llamarlo de cualquier manera menos por su nombre.
En sus comienzos, la función de este medio de masas era informar y entretener, pero poco a poco esa realidad se ha ido distorsionando hasta llegar a lo que hoy en día podríamos llamar “La escuela en casa”, y digo esto porque los jóvenes y niños ocupan cerca de un 60 % de su tiempo de ocio en mirar la televisión; creo que los padres han pasado de ser educadores a ser meros espectadores de lo que la “tele” hace con sus hijos. Las nuevas generaciones reciben demasiada información que no saben como utilizar y esto se debe al hecho de que se ha perdido el respeto por las franjas horarias, ahora la programación es para adultos 24 horas al día y no se dan cuenta de que esto repercute en los sectores más jóvenes de la sociedad.
En los 90, la programación infantil ocupaba las tardes a diario y las mañanas de los fines de semana, actualmente las tardes están ocupadas por la prensa rosa y concursos absurdos destinados a ganar dinero “fácil”, ¿dónde quedaron Heidi, Marco… los dibujos con enseñanzas morales? ¿Dónde quedaron los concursos donde ganaba el más sabio y no el que más cajas podía abrir?
De un tiempo a esta parte nos han llenado el salón de casa con personas dispuestas a vender su dignidad por un poco de dinero, tildado de experimento sociológico pero únicamente en busca del morbo y la conflictividad, y yo me pregunto: ¿a quién le interesa ver a 12 personas discutiendo por un cepillo de dientes? Y sé que alguien me contestaría: a más de media España, tristemente es así.
Igualmente, si nos fijamos un poquito, podremos darnos cuenta de que lo que menos importa en la televisión son sus contenidos, en realidad lo que sostiene a la televisión es la publicidad y el consumismo (y nuestra ignorancia, por supuesto); indiferentemente de lo que emitan, habrá un público pendiente de ello y así mismo de la publicidad, por lo tanto, aumentará el consumismo y con ello el bolsillo de unos cuantos.
Pero, aunque todo este artículo vaya en detrimento de la televisión, he de decir que tanto Cuatro como La sexta tienen muy buena programación y están recuperando poco a poco algunos de los valores a los que estábamos acostumbrados.
Lucía M.V.
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