Ya habíamos hablado aquí de que habría que seguir con lupa a La Sexta desde que Antena 3 se cruzara en su camino y le hiciera de Hermano Mayor. De lo que no habíamos hablado es de cómo le va a Cuatro desde que Telecinco se fusionara con ella.
La verdad que nunca me había planteado el ejercicio, pero el estreno de “Un Príncipe para Corina” me hizo plantearme una pregunta “ ¿a qué juega Cuatro? y sobre todo ¿este juego les está yendo bien?
La pregunta de a qué juega Cuatro es bastante difícil de responder; uno echa un vistazo a su programación y se queda completamente perdido, uno podría pensar que con Deportes Cuatro y con la llegada del partido de Liga, el rumbo de Cuatro iría encaminado a fidelizar y atraer al target masculino, sin embargo, uno luego ve programas como “Me cambio de Familia”, “Supernanny” o el ya citado “Un Príncipe para Corina” y vuelve a tener dudas de que Cuatro tenga una estrategia clara.
Yo creo que es un error, y lo es entre otras cosas por las declaraciones que hace años ya hizo el propio Vasile: "una cadena que está por debajo del 20% no es una cadena generalista". Es decir, si no eres capaz de tener una programación que atraiga a un gran porcentaje de los espectadores de la TV, tal vez lo mejor sea plantearse ser una temática puntera y así ser el referente para un target concreto. No por el hecho de que Cuatro naciera antes de la TDT no puede ser una cadena temática.
La segunda pregunta es algo más fácil de responder; a Cuatro no le va bien esta estrategia, no sólo porque en abril haya perdido 7 décimas de cuota con respecto al último mes que anduvo sin la tutela de Telecinco, sino también porque paulatinamente ha ido perdiendo la ventaja que tenía frente a La Sexta, su principal competidor y el espejo en el que mirarse, Veámoslo con cifras, antes de la llegada de Telecinco, Cuatro aventajaba en 9 décimas a la cadena de Globomedia, a día de hoy, La Sexta no solo ha reducido estas 9 décimas, sino que además ha sido capaz de aventajar a Cuatro en 5 décimas más, que suben a 9 si tenemos en cuenta lo que llevamos de año.
Creo que siempre será mejor apostar a ser algo concreto que divagar buscando nuestra identidad, podremos fallar, y podremos perder, pero nunca será un fallo tan grande como el de ser incoherentes.