Leyendo un blog sobre televisión en elmundo.es me ha venido al recuerdo, el comentario de un profesor mío que, de joven supongo, hizo sus prácticas en la Cadena Cope, leyendo las esquelas los domingos por la mañana, disfrutando de sus resacas, porque, conociéndolo, seguro que las tenía.
Recuerdo también, o recordaba él, mejor dicho, como la gente cuando iba a una tienda de electrodomésticos a adquirir un nuevo "transistor " decían al dependiente: "eu quero a radio dos mortos" haciendo referencia a aquella en la que se escuchaban las necrológicas. No cabe duda, de que la muerte por aquel entonces, vendía.
Podría decir que, afortunadamente, los tiempos han cambiado, pero para mí que han cambiado sin fortuna, y si antes eran radios lo que vendía la muerte, ahora lo que vende son puntos de share, y audiencias reconfortantes.
Lógicamente estoy hablando del despliegue mediático que ha recibido el fallecimiento de Antonio Puerta, y que por ahora, no descansa en paz, pero no sólo de eso, hablo también del especial sobre Lady Di, a la semana interminable que tuvimos cuando se murió el Papa (el anterior, que nadie se asuste) y al resto de muertos televisivos que nos hemos comido con patatas.
Léase "comido con patatas" como algo literal, puesto que tanto el "tomate" como el resto de programas de sobremesa, han mostrado una pesudosolidaridad inédita en ellos, y más teniendo en cuenta que Puerta, no seamos cínicos, era una persona totalmente desconocida para los no iniciados en el fútbol (y para muchos iniciados también).
Pero el amarillismo exacervado, cuasi ocre (color mierda) del que han hecho gala la mayoría de las cadenas, incluyendo la que pagamos entre todos, se ha encargado de enterrar a la persona para crear la leyenda, el mito, el chaval joven que deja mujer e hijo en camino, el personaje, que vende, el que gusta, el que emociona. Eso sí, aparte de eso, alguien sabe ¿en qué puesto jugaba Puerta? ¿era titular? ¿era zurdo? ¿era diestro? ¿cual era su mejor habilidad?
Que nadie se engañe, no tengo nada en contra de Antonio Puerta, ni muchisimo menos, lo que realmente me duele, es que 10, 15 ó 20 años después, no sé cuanto hace (la verdad) sigamos mirando "a televisión dos mortos".
Recuerdo también, o recordaba él, mejor dicho, como la gente cuando iba a una tienda de electrodomésticos a adquirir un nuevo "transistor " decían al dependiente: "eu quero a radio dos mortos" haciendo referencia a aquella en la que se escuchaban las necrológicas. No cabe duda, de que la muerte por aquel entonces, vendía.
Podría decir que, afortunadamente, los tiempos han cambiado, pero para mí que han cambiado sin fortuna, y si antes eran radios lo que vendía la muerte, ahora lo que vende son puntos de share, y audiencias reconfortantes.
Lógicamente estoy hablando del despliegue mediático que ha recibido el fallecimiento de Antonio Puerta, y que por ahora, no descansa en paz, pero no sólo de eso, hablo también del especial sobre Lady Di, a la semana interminable que tuvimos cuando se murió el Papa (el anterior, que nadie se asuste) y al resto de muertos televisivos que nos hemos comido con patatas.
Léase "comido con patatas" como algo literal, puesto que tanto el "tomate" como el resto de programas de sobremesa, han mostrado una pesudosolidaridad inédita en ellos, y más teniendo en cuenta que Puerta, no seamos cínicos, era una persona totalmente desconocida para los no iniciados en el fútbol (y para muchos iniciados también).
Pero el amarillismo exacervado, cuasi ocre (color mierda) del que han hecho gala la mayoría de las cadenas, incluyendo la que pagamos entre todos, se ha encargado de enterrar a la persona para crear la leyenda, el mito, el chaval joven que deja mujer e hijo en camino, el personaje, que vende, el que gusta, el que emociona. Eso sí, aparte de eso, alguien sabe ¿en qué puesto jugaba Puerta? ¿era titular? ¿era zurdo? ¿era diestro? ¿cual era su mejor habilidad?
Que nadie se engañe, no tengo nada en contra de Antonio Puerta, ni muchisimo menos, lo que realmente me duele, es que 10, 15 ó 20 años después, no sé cuanto hace (la verdad) sigamos mirando "a televisión dos mortos".